martes, 16 de noviembre de 2010

Las primeras noches

Tras el brote de no muertos, muchas personas se refugiaron en la Iglesia del Padre Carlyle, un cura escocés que era conocido por organizar eventos deportivos en el barrio. Pero en esa noche, cerca de 20 personas lloraban y temían por sus vidas, incluso las oraciones no podían ocultar el horror de las calles, gritos, disparos, explosiones, y choques pronosticaban una noche incierta.
- "La sociedad cae por los pecados del hombre... hay que prevalecer y resistir estos tiempos oscuros... "

Antes de que pudiera terminar su oración la puerta reforzada del templo se quebró tras la colisión de una ambulancia, sus conductores salieron por el parabrisas del transporte. El sonido de la sirena se desvanecia mientras atraía a los no muertos que merodeaban por las calles, despavoridos los refugiados comenzaron a correr cuando los paramédicos se levantaron y comenzaron a arrastrarse a los civiles.

Gritos de dolor, y sonidos desgarradores retumbaban en los atorados pasillos del templo, sin aviso la ambulancia se encendió en llamas, el humo y calor comenzaron a esparcirse por el templo. El Padre Carlyle intentó apagarlo con un extinguidor, pero mientras lo hacia uno de los paramédicos lo atacó. El cura se defendió golpeándolo por reflejo, con un movimiento horizontal, el barril metálico abrió la cabeza del paramédico no muerto y este cayó al suelo. Sorprendido el Padre retrocedio y pronto un doctor con acento inglés lo agarró del brazo y lo alejó de los zombies que se acercaban.

Mientras el dúo escapaba el Padre volteo a ver como la iglesia donde había trabajado por varios años ardía en llamas.

- ¿Padre Carlyle está bien?, ¿no está herido?, pregunto el doctor, mientras se limpiaba el rostro.
- En este mundo oscuro, puedes llamarme Padre Desmond..., dijo el predicador con el rostro iluminado por el fuego.

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